Desenfoque de movimiento

Foto de Brent Nashville
Foto de Brent Nashville
Foto de Brent Nashville

El desenfoque de movimiento (del inglés motion blur) es la “estela” que dejan los objetos en movimiento en una imagen fija; ya sea una fotografía o una secuencia de estas (cine). Dicha estela se produce cuando la velocidad de obturación no es suficientemente rápida para poder congelar el movimiento de los objetos en la fotografía.

Este fenómeno sucede ya que, por pequeño que sea, la cámara no captura un único instante en el tiempo si no un instante de una duración determinada. Durante la logitud de este instante, los objetos pueden moverse o desplazarse respecto a la cámara.

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Flash de relleno

El flash de relleno difiere en el uso “normal” del flash en que mientras éste último se usa como fuente principal de luz, el flash de relleno es una técnica usada para iluminar en parte las zonas oscuras de una foto, normalmente en días muy soleados cuando existe demasiado contraste entre las zonas de sombra y las iluminadas o en situaciones en las que el fondo es mucho mas luminoso que el motivo. Otra diferencia es que con el flash de relleno, no suele usarse el flash a plena potencia.

Para usar el flash de relleno, se ajusta la exposición para obtener un fondo bien expuesto y se dispara el flash para iluminar el motivo. El método correcto de hacerlo sería hacer dos mediciones, una para el fondo y otra para el motivo, a fin de averiguar la diferencia de exposición entre ambos y ajustar el flash en concordancia (siempre y cuando nuestra cámara nos ofrezca esta posibilidad).

Con la fotografía digital, tenemos la ventaja de que podemos ver instantanemente el resultado, y podemos corregir sobre la marcha en caso de sobre o subexponer la foto (en caso de hacerlo en modo manual). En cualquier caso, casi todas las compactas tienen un modo llamado “contraluz”, o algo similar, que se usa precisamente para que no nos tengamos que preocupar de esto.

Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com

Foto | Isaac Garcia

Encuadre: la regla de los tercios y la proporción áurea

El encuadre es aquello que elegímos poner en el fotograma a la hora de realizar una fotografía. Normalmente, se suele usar de manera intercambiable con “composición”, pero en realidad, la composición abarca más cosas que únicamente el encuadre, siendo éste parte de la composición. Es decir, se puede llamar a la composición el “todo” y el encuadre uno de sus componentes (igual que lo son, por ejemplo, la iluminación, la perspectiva o el enfoque).

A la hora de encuadrar o colocar los elementos dentro del fotograma, hay que tener en cuenta una serie de directrices esenciales si queremos obtener fotografías con mayor impacto visual.

La primera de estas directrices de las que vamos a hablar es la llamada “regla de los tercios” y es seguramente uno de los recursos visuales más sencillos pero contundentes que podemos aplicar a nuestra fotografía.

Regla de los tercios

La regla de los tercios, dentro de las artes visuales, consiste en dividir la imagen en nueve partes iguales por dos líneas horizontales y dos líneas verticales y colocar los elementos importantes de la composición a lo largo de estas líneas o sus intersecciones (o en su defecto, lo más cercano a éstos posible).

Esquema de la división en tercios del fotograma
Esquema de la división en tercios del fotograma

[NOTA: Todo esto que viene a continuación, y que al principio puede parecer abrumador, en realidad es mucho más sencillo de lo que parece y, en cuanto que empezemos a hacer fotos con la regla en mente, rapidamente pasará a un segundo plano y lo haremos de forma natural. Además, casi todas las cámaras actuales permiten sobreimpresionar la rejilla de los tercios (y/o alguna variante) para ayudarnos a encuadrar.]

Aunque instintivamente tendemos a colocar el centro de atención de una imagen precisamente en el centro, a no ser que se trate de algún elemento gométrico o con simetría, al centrarlo estamos consiguiendo el efecto contrario al buscado: nuestro elemento principal acaba de perder su papel protagonista.

En cambio, al colocar nuestro elemento principal sobre una de las divisorias de los tercios o en la intersección de dos de ellas, nuestro elemento destaca y toma una fuerza especial. Esto que puede parecer contrario al sentido común, el desplazar fuera del centro el elemento más importante de la fotografía, se debe a que estamos condicionados por los sistemas de escritura (y por consiguiente, de lectura).

En las culturas occidentales, como la nuestra, acostumbramos a mover los ojos de arriba a abajo y de izquierda a derecha. Esto era algo obvio y me imagino que por todos sabido: dado que leemos de esta forma, en realidad hacemos lo mismo con una imagen, comenzamos a analizarla como si de un texto se tratase, es decir, leemos la imagen. Ahora bien, algo no tan conocido es el hecho que al mirar, los ojos no se desplazan de manera lineal ni uniforme, si no que saltan y prestan especial atención a ciertos puntos equiespaciados dentro de ese recorrido arriba-abajo e izquierda-derecha.

Estos puntos de interés son precisamente los puntos de intersección de las divisoras de la regla de los tercios.

De todo esto debemos deducir que los elementos a los que mayor importancia queramos dar, deben estar o bien en los puntos de interes (intersección) si se trata de elementos pequeños o “puntuales” (como puede ser una flor, un perro) o a lo largo de las divisorias en caso de ser elementos más grandes o que crucen de lado a lado la fotografía (un banco, el horizonte, un edificio).

Ejemplos

Pasemos ahora a ver algunos ejemplos gráficos.

Regla de los tercios | Wikipedia
Regla de los tercios | Wikipedia

Esta imagen que ilustra la entrada de la regla de los tercios en la Wikipedia, nos sirve para observar como se aplica la regla a una imagen, independientemente del formato de misma: en este caso se trata de una imagen cuadrada, y no rectangular como son las fotografías de una cámara de 35mm o una compacta.

Como es facilmente visible, el horizonte no esta colocado en el centro de la imagen, si no por debajo de la divisoria. Esto es algo a tener en cuenta, y que el efecto visual será mayor cuanto más “hacia fuera” se coloquen los elementos. También podemos observar que el árbol está estratégicamente colocado de forma que el cruce de éste con el horizonte coincide con un punto de interés. Si nos fijamos, la parte superior del árbol casi toca el siguiente punto de interés, lo cual concede aún más fuerza al árbol. Un último detalle a tener en cuenta, es que el sol, aunque no visible por haberse puesto cuando se realizó la fotografía, sigue marcando el punto más brillante de la imagen (lo cual es ya en sí un punto de atención) y dicho punto, aunque no coincide perfectamente con un punto de interés, queda lo suficientemente cerca como para cobrar una especial importancia.

En los próximos tres ejemplos veremos distintos casos de la regla de los tercios pero todos ellos con un “pero”: pequeños detalles que es conveniente tener en cuenta a la hora de tomar la fotografía.

Ejemplo de la regla de los tercios
Ejemplo de la regla de los tercios

En este ejemplo, vemos como se ha dividido la foto en un tercio de agua y dos de cielo. Si no hubiese otros elementos en el encuadre, la foto quedaría bastante equilibrada a pesar de lo simple que resulta. A pesar de esto, hay otro elemento en escena, la diagonal. Las diagonales en general, y en la fotografía en particular, son elementos que tienen más fuerza que otras lineas como las horizontales o verticales. Esto se debe a que guian el ojo a lo largo del encuadre y el ojo espera encontrar algo en ese camino. Y en este caso, el ojo no encuentra nada, a pesar de que la diagonal lo lleva casi a uno de los puntos de interés, por lo que el encuadre pierde parte de la fuerza.

Ejemplo de la regla de los tercios
Ejemplo de la regla de los tercios

Este segundo ejemplo es mucho más claro, un tercio de agua, dos de cielo y el barco directamente sobre uno de los puntos de interés: ejemplo de libro de texto, a primera vista. Bien, pues aunque parezca un ejemplo tan claro, existe un elemento en el encuadre que lo desbarajusta por completo. Esa boya cerca del barco, ese pequeño punto amarillo, a pesar de ser una infima parte de la imagen, destaca tanto por ser el punto más luminoso de la foto que desequilibra por completo la imagen. Recordemos: el ojo se siente atraido por las zonas de mayor luminosidad, independientemene de su tamaño. En este caso en particular, no supondría más de cinco minutos el eliminar la boya e incluso la barca de remos con algún programa de retoque, pero la idea era ilustrar que hay que tener en cuenta los pequeños detalles antes de apretar el botón.

Ejemplo de la regla de los tercios
Ejemplo de la regla de los tercios

Para este tercer ejemplo, hemos dividido la imagen en un tercio tierra, un tercio agua y un tercio cielo. El barco que antes estaba situado sobre el punto de interés inferior derecho ahora está situado sobre el superior derecho. Aunque a primera vista hemos aplicado la regla de manera correcta, esta imagen hubiese tenido mucha más fuerza si en lugar de colocar el barco sobre uno de los puntos de interés, hubiesemos colocado ambos barcos centrados en el encuadre, ya que la simetría sería aún mayor y en cualquier caso, ambos barcos estarían lo sufucuentemente cerca de puntos de interés como para entrar en su “area de influencia”.

En resumidas cuentas, no hay que aplicar la regla de los tercios ciegamente, si no analizar cada caso y decidir si la imagen se beneficia o no de su apliación.

Antes de pasar al siguiente tema que es algo más pesado, quiero podais ver algunos ejemplos en google y flickr de la regla de los tercios:

La proporción áurea

Algo que suele escucharse bastante en el mundo de la fotografía es el término “proporción áurea o dorada”. Dicha proporción (también conocida como número áureo) tiene un valor númerico de 1.618 (tres decimales son más que suficientes para nosotros).

¿Qué es y como nos afecta?

La proporción áurea es una formula geometrica conocida desde la antigüedad que otorga una composición estéticamente agradable a las formas que la siguen. En la naturaleza la podemos ver en ciertas caracolas como el nautilus, las hojas de algunos árboles, el grosor de sus ramas o algunos animales como los buhos y lechuzas.

[NOTA: En la Wikipedia podemos aprender a fondo sobre este número y sus propiedades, nosotros nos vamos a centrar únicamente en lo que atañe a la fotografía. Más adelante veremos otras facetas “más avanzadas” como la espiral áurea o los triangulos áureos]

¿Porqué es tan importante esta proporción para la fotografía? Porque la relación entre el lado largo y el corto del fotograma de 35mm es 3:2, o lo que es lo mismo, 1.5 a 1. La diferencia como vemos, es bastante pequeña, siendo el fotograma de 35mm ligeramente más alto que un rectángulo áureo.

Por si alguno se pregunta porqué no se desarrolló el formato para que coincidiera con el rectángulo áureo la respuesta es sencilla: en realidad no se creó el formato de cero, si no que se adaptó el ya existente rollo de pelicula para cine pero cambiando el sentido de vertical a horizontal. De cualquier modo, el concepto supuso la creación de un nuevo tipo de cámaras aptas para uso profesional: las cámaras compactas.

Si, si, compactas. Hasta aquel momento, los fotógrafos tenian que acarrear sus enormes equipos de placas fotosensibles si querían un minimo de calidad.

La proporción áurea y como modifica la regla de los tercios

Como hemos dicho anteriormente, la regla de los tercios divide en nueve partes iguales el fotograma. Pero si le aplicamos la proporción áurea, en lugar de nueve zonas iguales tendremos el siguiente esquema:

La proporción áurea aplicada a la regla de los tercios
La proporción áurea aplicada a la regla de los tercios

Aunque a primera vista pueda parecer más complicado nos acaba de simplificar las cosas, ya que si tenemos en cuenta donde caen las nuevas divisorias y los puntos de interés, en realidad disponemos de más espacio donde colocar nuestros objetos dentro del encuadre. Y no solo eso, como ya hemos explicado, si ya obteníamos un fuerte impacto visual siguiendo la regla de los tercios, si le aplicamos la proporción áurea conseguiremos más agradables a la vista aún.

Para acabar, os dejo esta simple pero enormemente util herramienta que os permitirá comprobar si vuestras fotos favoritas se adaptan a la regla de los tercios y la proporción áurea.

Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com

Fotos | Isaac García

Aprovechando el flash: Como obtener mejores retratos

No es ningún secreto que el flash que tiene nuestra compacta, sin importar mucho la marca o el modelo, es un flash muy pequeño y con poca potencia. Normalmente, el alcance medio suele estar entre 1.5 y 2 metros y 2.5 a 3 metros si tenemos mucha suerte.

Tampoco es ningún secreto que la luz que dan estos diminutos flashes no es demasiada buena, ya que suele ser muy “dura”. La luz se considera dura cuando existe mucho contraste entre las zonas iluminadas y las zonas de sombras. En realidad, no es un fenómeno aislado de las compactas, cualquier flash utilizado directamente suele dar luz muy dura.

Para los flashes de las cámaras SLR (digitales o no) existe un enorme número de modificadores para cambiar el comportamiento de la luz que emiten dichos flashes. Los más comunes suelen ser los que se utilizan para obtener luz más suave, pero también los hay, por ejemplo, para cambiar el color de la luz.

Pues bien, uno de los mejores trucos para obtener mejor luz del flash de una compacta seguramente sea también el más barato: la servilleta de papel de los bares.

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Comparación: Zoom óptico y zoom digital

Imagen sin usar zoom
Zoom | Vagn1949
Zoom | Vagn1949

Como hemos comentado en otras ocasiones, es importante que nuestra cámara disponga de zoom óptico y no únicamente digital.

Algunas cámaras compactas ofrecen sólo la opción de lo que se denomina “zoom digital”, y como veremos a continuación, son modelos a evitar. La verdad es que no son muy abundantes, pero con tantos modelos, funciones, prestaciones, marketing, pitos y flautas, a veces es difícil discernir que prestaciones reales tiene una cámara.

Según el DRAE, zoom (o “zum” como se encontrará en el diccionario), es, 1) un “teleobjetivo especial cuyo avance o retroceso permite acercar o alejar la imagen” o bien, 2) “efecto de acercamiento o alejamiento de la imagen obtenido con este dispositivo”.

El “zoom óptico”, consiste en acercar o alejar una serie de lentes dentro del objetivo para conseguir un “efecto lupa” que permite acercar un objeto distante sin cambiar nosotros de posición.

Funcionamiento simplificado de un objetivo zoom. Fuente: Wikimedia Commons
Funcionamiento simplificado de un objetivo zoom. Fuente: Wikimedia Commons

El llamado “zoom digital” consiste en seleccionar una porción de nuestra imagen y ampliarla hasta que “llena el fotograma”. El tamaño de dicha porción varía en función del factor de zoom: cuanto mayor es el factor, menor es la porción, y en consequiencia, mayor ampliación sufre.

Imagen sin usar zoom
Imagen sin usar zoom

La imagen anterior, sin zoom, será la imagen de referencia para los distintos factores de zoom (como puede observarse, no tiene nada de especial, es tan sólo una imagen de muestra). El enlace lleva a la imagen original, de 5548 KB (4416×2944 pixels). El equivalente en una cámara de 35mm de esta imagen es una focal de 28mm.

La siguiente imagen, está tomada con el zoom óptico al máximo, 3.6 aumentos. El enlace lleva a la imagen original, de 6191 KB (4416×2944 pixels).

Imagen con zoom óptico (3.6x)
Imagen con zoom óptico (3.6x)

Como vemos, “sólo” con 3.6 aumentos obtenemos un acercamiento considerable y equivale a una focal de 100mm en 35mm.

Hasta aquí, todo normal: según aumentamos el factor de zoom, más nos acercamos objetos lejanos. La única perdida de calidad que sufriremos en la imagen es que pueda estar trepidada a causa de las vibraciones inducidas por focal más larga. Hay que recordar que cuanto mayor sea la distancia focal, más nos afectará la vibración al sujetar la cámara a pulso.

Zoom digital a 7.7x
Zoom digital a 7.7x

En esta imagen, tomada con el zoom digital a 7.7 aumentos (lo que equivale a “la mitad”), podemos ver como la calidad disminuye sensiblemente respecto a las dos primeras. El enlace lleva a la imagen original, de 1386 KB (2048×1360 pixels): notese la reducción de las dimensiones de la imagen. En este caso se puede ver que esta cámara en particular no aumenta hasta rellenar el tamaño original con la porción, si no que simplemente crea una imagen de 2.5 megapixels respecto a los 13 de las imagenes sin zoom o con zoom óptico. A pesar de esta perdida de calidad, es una toma que podría estar dentro de lo “aceptable” pero a duras penas obtendremos una impresión de 10x15cm.

Zoom digital a 30.8x
Zoom digital a 30.8x

Esta última imagen, tomada con el zoom digital a 30.8 aumentos (el máximo), podemos ver como la calidad disminuye hasta parecer una imagen tomada con un móvil o algún dispositivo similar. El enlace lleva a la imagen original, de 821 KB (2048×1360 pixels).

Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com

Foto | Vagn1949
Fotos| Isaac García

Encuadre

Foto de Mikelo
Foto de Mikelo

El encuadre es aquello que elegimos poner en la imagen a la hora de realizar una fotografía. Normalmente, se suele usar de manera intercambiable con “composición“, pero en realidad, la composición abarca más cosas que únicamente el encuadre, siendo éste parte de la composición. Es decir, se puede llamar a la composición el “todo” y al encuadre como uno de sus componentes (igual que lo son, por ejemplo, la iluminación, la perspectiva o el enfoque).

A la hora de encuadrar, existen una serie de normas, aunque no suelen tomarse de forma estricta si no como directrices que pueden variar según cada caso. Cuando realizamos una fotografía, casi siempre existe un motivo (que es cualquier cosa o persona que ocupe el centro de atención) y un fondo que rodea y/o decora al motivo. En el caso de los paisajes, esta diferencia es bastante difusa, ya que el fondo es el motivo.

Para resaltar el motivo, hay que intentar que ocupe la mayor parte de la imagen posible. A pesar de esto, se debe dejar cierto margen para que la imagen no resulte agobiante. Teniendo esto en cuenta, habrá ocasiones en las que intencionadamente prescindamos de los márgenes para centrarnos en un primerísimo plano en el caso de un retrato, o el detalle de un insecto posado en una flor en el campo, por ejemplo.

Un elemento clave en el encuadre es el horizonte: a no ser que esté bien justificado, debe permanecer horizontal. El ojo humano esta muy entrenado en reconocer esta línea, e incluso una inclinación muy leve produce un efecto poco agradable. Más adelante hablaremos de métodos para mejorar nuestro encuadre.

Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com

Foto | Mikelo