
El encuadre es aquello que elegimos poner en la imagen a la hora de realizar una fotografía. Normalmente, se suele usar de manera intercambiable con “composición“, pero en realidad, la composición abarca más cosas que únicamente el encuadre, siendo éste parte de la composición. Es decir, se puede llamar a la composición el “todo” y al encuadre como uno de sus componentes (igual que lo son, por ejemplo, la iluminación, la perspectiva o el enfoque).
A la hora de encuadrar, existen una serie de normas, aunque no suelen tomarse de forma estricta si no como directrices que pueden variar según cada caso. Cuando realizamos una fotografía, casi siempre existe un motivo (que es cualquier cosa o persona que ocupe el centro de atención) y un fondo que rodea y/o decora al motivo. En el caso de los paisajes, esta diferencia es bastante difusa, ya que el fondo es el motivo.
Para resaltar el motivo, hay que intentar que ocupe la mayor parte de la imagen posible. A pesar de esto, se debe dejar cierto margen para que la imagen no resulte agobiante. Teniendo esto en cuenta, habrá ocasiones en las que intencionadamente prescindamos de los márgenes para centrarnos en un primerísimo plano en el caso de un retrato, o el detalle de un insecto posado en una flor en el campo, por ejemplo.
Un elemento clave en el encuadre es el horizonte: a no ser que esté bien justificado, debe permanecer horizontal. El ojo humano esta muy entrenado en reconocer esta línea, e incluso una inclinación muy leve produce un efecto poco agradable. Más adelante hablaremos de métodos para mejorar nuestro encuadre.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
Foto | Mikelo