No es ningún secreto que el flash que tiene nuestra compacta, sin importar mucho la marca o el modelo, es un flash muy pequeño y con poca potencia. Normalmente, el alcance medio suele estar entre 1.5 y 2 metros y 2.5 a 3 metros si tenemos mucha suerte.
Tampoco es ningún secreto que la luz que dan estos diminutos flashes no es demasiada buena, ya que suele ser muy “dura”. La luz se considera dura cuando existe mucho contraste entre las zonas iluminadas y las zonas de sombras. En realidad, no es un fenómeno aislado de las compactas, cualquier flash utilizado directamente suele dar luz muy dura.
Para los flashes de las cámaras SLR (digitales o no) existe un enorme número de modificadores para cambiar el comportamiento de la luz que emiten dichos flashes. Los más comunes suelen ser los que se utilizan para obtener luz más suave, pero también los hay, por ejemplo, para cambiar el color de la luz.
Pues bien, uno de los mejores trucos para obtener mejor luz del flash de una compacta seguramente sea también el más barato: la servilleta de papel de los bares.
Sí, sí, habéis leído bien, la servilleta de papel de los bares. Esas mismas que son tan finas como el papel de fumar y que se usan casi exclusivamente para apuntar números de teléfonos y cosas similares (y limpiar lo que se dice limpiar… no mucho). Quien iba a decir que tenían utilidad para la fotografía.
Bien, el procedimiento es el siguiente.
Paso 1: La próxima vez que entréis en un bar, guardar alguna de las servilletas (recordad, cuanto más finas, mejor).
Paso 2: Se coloca el modificador (de aquí en adelante, nos referiremos al susodicho trozo de papel de esta manera, que luce más) delante (pegado) del flash. Aunque parezca una tontería, dependiendo de donde este situado el flash, puede resultar difícil sujetar el modificador en su sitio sin obstruir el objetivo o el propio flash y además sujetar la cámara horizontalmente.
Paso 3: Antes de ponerse a retratar como locos, hay que practicar un poco y comprobar el comportamiento de nuestro recien adquirido modificador. Normalmente, con cinco disparos de prueba suele bastar.
Así de simple, con tres sencillos pasos, hemos obtenido una luz mucho más suave y agradable de nuestro pequeño flash.
Hay un par de detalles importantes que debemos tener en cuenta.
Primero, al poner un objeto translucido entre el flash y el modelo/objeto, estamos perdiendo alcance de la luz; pero esto es así con el flash de una compacta, de una SLR o incluso el sol (la diferencia entre un día nublado y otro soleado).
Segundo, si nuestra cámara ofrece la opción de variar la potencia del flash, es conveniente subir la potencia un punto aproximadamente (dependerá del grosor del modificador y la distancia del modelo) para compensar dicha perdida de alcance de la luz.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
Foto | Isaac Garcia