Una de las grandes ventajas de la vertiginosa velocidad del avance tecnológico que vemos estos días es que ciertas tecnologías o dispositivos que hace tan solo unos años estaban reservados a usos de muy alto nivel (bien por el coste de los dispositivos o por la necesidad de hacer una gran tirada para que resultase ventajoso el precio) están disponibles para todos a precios asequibles para todos nosotros.
Aunque seguramente podamos pensar en ordenadores o cámaras digitales, ambos cada vez más potentes y baratos respecto a sus predecesores, hoy vamos a hablar de la impresión de CDs (o DVD, BluRay o HDDVD, ya que el formato físico del disco es el mismo).
Hace tan solo cuatro años era muy difícil encontrar una impresora que ofreciese la función de imprimir CDs, tanto por disponibilidad como por sus elevados precios. En cambio, actualmente existen en mercado una amplia variedad de modelos ofrecidos por las principales marcas de impresoras con las que podemos imprimir nuestros propios discos. Así mismo, la disponibilidad de discos aptos para la impresión en las tiendas de informática por parte de casi todas las marcas nos ofrece un gran abanico de posibilidades.
Un disco para impresión se diferencia de los convencionales tan solo en una característica clave: la superficie color blanco mate de su cara “superior” (es decir, la cara en la que habitualmente escribimos con un rotulador). Esta cara en blanco la podemos imprimir con un texto, una o varias imágenes (con o sin texto), o imágenes tipo “clipart”. Por supuesto, siempre existe la opción de escribir a mano con un rotulador como en los discos convencionales.
Una impresora lista para imprimir discos si que tiene una diferencia importante respecto a las convencionales: necesita una ranura o bandeja de impresión adicional. Esta bandeja introduce el disco de tal manera que queda justo debajo de los cabezales de impresión (obviamente, un material rígido como el plástico de un CD no puede seguir la ruta habitual del papel al ser imposible que dicho plástico se doble como lo hace el papel).
Al imprimir los discos tendremos varias ventajas respecto a los discos convencionales:
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- Por ejemplo, con el paso del tiempo un título que en su día nos parecía descriptivo puede dejar de serlo (sobre todo si hacemos muchas fotos seguramente terminemos con varios títulos muy similares entre sí); si le añadimos el refuerzo visual de una o más imágenes contenidas en el disco nos resultará mucho más fácil recordar rápidamente (y sin necesidad de introducir el disco en el ordenador para comprobar su contenido).
- Aunque simplemente usemos un texto, siempre será más legible que uno escrito a mano. Además, es más duradero que escribirlo con rotulador, ya que dependiendo del disco y rotulador, con el tiempo corremos el riesgo de que sufra mayor “desgaste” y quede parcial o totalmente borrado con el tiempo.
- Si queremos hacer una copia para algún familiar o amigo el acabado de un disco impreso respecto a uno escrito a mano es infinitamente mejor.
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Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com