Fotógrafo de deportes de profesión y ciclista de afición, Tom Olesnevich decidió combinar ambas pasiones y realizar este interesante proyecto “Nueva York en Bici”.
Usando una Nikon D40 sujeta a la bicicleta, boca abajo, mediante un GorillaPod, Tom se dedicó a retratar la ciudad de Nueva York durante la primavera de 2012 desde el punto de vista de la rueda trasera de su bicicleta.
Para aquellos que piensen que colgar una réflex bajo una bici con un GorillaPod es ariesgado… tienen toda la razón. En una ocasión cuando circulaba por la calle 42 se le cayó y rodó debajo de un camión (con suerte de que no fué “atropellada” por el camión).
Este marco le da un sentido totalmente literal a la expresión “al doblar la esquina”.
Si quieres decorar tu casa de forma creativa, este es tu marco y podrás adornar dos estancias “por el precio de una”.
Se trata de un marco esquinero que esta hecho a partir de unir dos marcos a noventa grados pero eliminando los laterales que quedan en la esquina para unificarlos visualmente en una única pieza.
Admite de 7 a 12 fotos (debido a los dos marcos “extra” que tiene fuera de la esquina), con unos tamaños de foto de 6.35×7.62cm (4 huecos), 7.62×8.89cm (4 huecos), 8.89×10.16cm (2 huecos) y 13.97×17.78cm (2 huecos). A excepción de los dos marcos que no están en la esquina, los otros diez marcos permiten combinar dos fotos, una en cada lado de la esquina o bien una foto más grande que abarque ambos lados a modo de panorámica.
Detalle marco esquinero
A pesar de que este modelo particular ya no está disponible en Photojojo, si que hay otros similares en Amazon o incluso modelos esquineros “invertidos“, es decir, con el angulo hacia dentro en lugar de fuera.
A pesar de ser algo que viene prefabricado, nada nos impide utilizar esta idea y montar nuestro propio marco esquinero comprando los marcos sueltos de las medidas que nos gusten y combinarlos a nuestro gusto. La desventaja de esta opción es que si queremos que nos quede “unificado” como el de la foto nos hará falta un poco de bricolaje para eliminar los lados interiores de los marcos y unirlos en una sola pieza.
Una de las grandezas casi mágicas de la fotografía, y que rara vez podemos apreciar excepto con los libros de historia contemporánea o en la caja de zapatos en la que casi todas las fotografías viejas de la familia son archivadas, es que captura un momento en el tiempo y nos permite asomarnos como por una ventana a ese momento muchos años después.
Si ya las fotos de épocas recientes como los años 70 o 60 nos causan curiosidad por esos peinados tan “raros” y esas ropas tan pasadas de moda (aunque con cierta periodicidad se vuelvan a poner de moda), a pesar de que son épocas que están “a la vuelta de la esquina” y muchos incluso las han vivido, las fotos de hace 60 ó 70 años causan fascinación ya que somos muchos menos los que las hemos experimentado.
Normandía
Por eso, la fotografía toma especial fuerza cuando podemos establecer una relación más directa entre la escena que nos está mostrando una fotografía y nosotros mismos. Esto suele ocurrir cuando contemplamos fotografías antiguas de nuestro entorno, como suele ser nuestra ciudad o pueblo y reconocemos elementos que actualmente siguen emplazados o por el contrario, cómo ha sufrido una transformación total hasta conseguir su aspecto actual.
En los dos ejemplos que ofrecemos hoy, muy diferentes entre sí, pero ambos piezas clave de la historia del Siglo XX, es fácil imaginar que ninguno de los lectores pueda establecer esa relación directa con cualquiera de los dos, pero eso no supone ningún problema ya que en ambos casos, se nos ofrecen las imágenes del antes y el después para que podamos apreciar los cambios y lo que permanece.
La primera colección nos muestra la ciudad de Nueva York entre mediados y finales de los años 30 comparándola con su aspecto reciente a finales de los años 90. Es curioso ver como muchas de las fotografías antiguas nos ofrecen mejor calidad y detalles que sus versiones modernas.
La segunda, y bastante más extensa, nos muestra el aspecto de Normadía durante y justo después del desembarco de las tropas aliadas en el Día-D y su aspecto en la actualidad.
Barbas y bigotes, eso es lo que nos muestra Matt Rainwaters en su galería Beardfolio. Por supuesto, ninguna de las barbas o bigotes que fotografía tienen un pelo de convencionales. Los hombres que aparecen en Beardfolio nos transportan, como si de una máquina del tiempo se tratase, a una época en la que la barba y el bigote eran toda una declaración de moda y status y no simple vello facial.
Destaca también la sencillez con la que está elaborada la serie, realizada sobre fondo negro para evitar distracciones y resaltar más las barbas y a sus dueños usando también una iluminación directa (toda la serie está hecha utilizando un flash de anillo). Este californiano residente en Austin, Texas es, ante todo, un retratista de personas y su entorno creando un vínculo entre ambos, como se puede apreciar en su portfolio.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
El pasado 21 de agosto anunciaba que el objetivo EF número 80.000.000 habia salido de la cadena de montaje el día 3 de agosto. A modo anecdótico, dicho objetivo número 80.000.000 es el EF-S 18-135mm f/3.5-5.6 IS STM (es decir, es un objetivo específico para tamaño APS-C).
Si tenemos en cuenta que tan solo hace tres años, en 2009, anunciaba el hito de los 50.000.000 millones de objetivos fabricados, quiere decir que en los últimos tres años ha fabricado una media de 10.000.000 de objetivos al año. Y esto es la media matemática; los últimos 10.000.000 los ha fabricado en tan solo nueve meses.
Repasemos la progresión de fabricación:
1987 – Marzo: Primer objetivo para montura EF fabricado.
1995 – Canon alcanza los 10.000.000 de objetivos fabricados.
2001 – Se dobla la cifra anterior al llegar al objetivo número 20.000.000
2006 – 30.000.000 millones de objetivos.
2008 – En abril sale de la cadena de montaje el objetivo número 40.000.000.
2009 – Alcanzados los 50.000.000.
2011 – Enero 60.000.000.
2011 – Octubre 70.000.000.
2012 – Agosto 80.000.000 de objetivos fabricados.
Como podemos, ver la aparición de las réflex digitales (a precios asequibles, como la Canon 300D) y sobre todo la montura EF-S ha supuesto un grandísimo incremento en la expansión de la fotografía a nivel mundial.
Liquid Image, los creadores de las gafas de bucear con cámara incorporada (de las que ya os hablamos en Foto Gaceta) lanzan las primeras gafas de esquiar con cámara incorporada.
La serie Summit de Liquid Image tiene un objetivo gran angular (proporciona un campo de visión de 135º) junto con un sensor CMOS de 1/2.5″, 5 megapixels (2560 x 1920) para imagen fija y es capaz de grabar vídeo a un tamaño de 720×480 a 30 fotogramas por segundo con audio.
Paradise: ski in Lech! | Joao Maximo
Su funcionamiento es bastante similar al de la versión de buceo, con un botón de encendido, apagado y modo de disparo (foto o vídeo) y otro para efectuar la foto o empezar a grabar vídeo. Dentro de las gafas, unos LEDs de colores indican en modo de funcionamiento al usuario. Los botones están situados en el lateral de la cámara y han sido diseñados para poder ser manipulados con guantes.
Las fotos o vídeos son almacenadas en la memoria interna de 16MB o bien en una tarjeta microSD hasta 16GB de capacidad (pudiendo almacenar hasta 22400 imágenes a 2560 x 1920 o 320 minutos de vídeo).
La cámara funciona con baterías de litio recargables, que según los datos del fabricante, proporcionan al menos 2200 fotos o 2:20 horas de vídeo.
Las funciones “fotográficas” también son similares a las de la versión de buceo, con una apertura de f/2.8 y velocidades de obturación de entre 1/8s y 1/1000; aunque mejora ligeramente el rango del enfoque, de 1m a infinito. Tanto la sensibilidad ISO como el balance de blancos es automático, lo que puede ocasionar que a veces podemos obtener resultados más ruidosos o con colores ligeramente distintos a los deseados.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
La Aimat es una de esas ideas que no se sabe muy bien si se trata de la tontería más grande del año o por el contrario la mayor genialidad. Creada por Franziska Dierschke, una estudiante de universidad alemana, la Aimat es una cámara digital con forma de pistola de juguete.
No tiene visor, pantalla LCD u otros elementos que se suelen considerar básicos en una cámara de fotos. Por no tener no tiene ni botones a parte del disparador. Que por cierto, toma todo un nuevo significado en esta cámara.
Igualmente lo hacen las frases “apuntar y disparar” y “disparar fotos”. Por que de eso es lo que se trata este pequeño aparato, de reducir a la esencia el hacer fotos, sin distracciones y sin grandes ambiciones, pero sí de forma divertida. Y hay que resaltar la parte de “sin grandes ambiciones” ya que la calidad que ofrece es más bien poca, por ser una cámara tipo “pin hole”.
Antes de que alguien salga corriendo a comprar una docena y montar una “batalla fotográfica” (bueno, a lo mejor sólo era yo el que salía corriendo) entre unos cuantos amigos, hay que avisar que la Aimat es, por el momento (a pesar de que lleva coleando desde 2007), meramente conceptual, y no existe más allá de algunos prototipos hechos a mano.
A continuación os ofrecemos un link a un set de flickr, en el que podemos ver algunas fotos de la Aimat en la exhibición DesignMai de Berlín donde fue presentada.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
Si hace algún tiempo hablábamos de las fundas acuáticas para nuestra cámara, hoy vamos a hablar de cámaras de fotos sumergibles. Pero no de cualquier tipo de cámara sumergible, si no de uno muy especial: la cámara de fotos integrada en las gafas de bucear.
Las gafas de buceo que nos ofrece Liquid Image incorporan en la parte superior una cámara digital de 3 ó 5 megapixels con la podremos hacer fotos sin tener que estar pendientes de no perder nuestra cámara y tener las manos libres para bucear con libertad.
Para alimentar la cámara necesitaremos dos pilas AAA que nos dan una autonomía de unos 2000 disparos y unas 2:30 horas de vídeo (con las pilas de litio que incluye, con alcalinas el rendimiento es sensiblemente menor). Para ahorrar energía la cámara se apagará después de 120 segundos sin uso. El almacenaje de las fotos y vídeos se realiza en una tarjeta Micro SD de hasta 2GB (también tiene memoria interna de 16MB). Con el modelo de 5 megapixels y una tarjeta de 2GB podemos almacenar unas 3000 fotos y 72 minutos de vídeo a una resolución de 640×480 pixels.
Para pasar las fotos y vídeos de la cámara al ordenador podemos hacerlo sacando la tarjeta de memoria y metiendola en un lector de tarjetas o directamente conectando la cámara mediante un cable USB.
Underwater in Egypt | ronaldhole
Si funcionamiento es bastante simple, con un botón la encendemos, seleccionamos el modo de grabación (foto o vídeo), y con otro botón accionamos el disparador. Un LED rojo nos indica que estamos haciendo fotos y uno azul nos indica que estamos grabando vídeo. En cada ocular tiene una retícula que nos ayuda a apuntar y encuadrar.
La profundidad máxima de inmersión de los modelos de 3 y 5 megapixels es de 5 metros, aunque tienen otros modelos más avanzados que tienen cotas de 35 y 100 metros.
Dentro de las especificaciones técnicas dentro del área fotográfica, hay que destacar la velocidad de obturación de 1/8 a 1/1000 de segundo, que aunque algo reducidas no distan mucho de las que ofrecen otras cámaras compactas convencionales. La apertura es de f/2.8 lo que facilitará la toma de fotos bajo el agua, donde la pérdida de luz es considerable. El rango de enfoque es de 1.5 metros hasta infinito, por lo que únicamente nos tendremos que cuidar de no acercarnos demasiado a aquello que queramos fotografiar.
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Si alguna vez has tenido curiosidad acerca de como se ve el mundo desde el punto de vista de un perro o un gato, ahora puedes salir de dudas gracias a la cámara Pet’s Eye View.
Se trata de una pequeña cámara que se engancha y cuelga del collar de nuestra mascota para mostrarnos la vida desde su punto de vista. Una vez colocada en el collar, debemos decidir que intervalo de tiempo queremos que pase entre foto y foto (ya que la cámara funciona automáticamente): 1, 5 ó 15 minutos.
La capacidad de la memoria interna (8 MB) nos permite obtener 40 fotos en formato JPEG a 640×480 pixels, lo cual no es mucho, ni en cantidad, ni en calidad (similar a las de un móvil o una webcam). Para indicar su estado tiene un LED verde y rojo y una pantalla LCD de dos digitos que nos muestra el número de fotos realizadas.
Para ver las fotos simplemente tenemos que conectar la cámara mediante un cable USB a nuestro ordenador y copiarlas al disco duro. Una vez que se gaste la batería de ión litio que tiene, se recarga por este mismo sistema, y tarda entre 1 y dos horas (dependiendo del nivel de carga que aún conserve).
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com