Una de las piezas más versátiles y valoradas en el arsenal de todo fotógrafo es un objetivo de 50mm de apertura amplia. Especialmente valorados son los modelos “básicos” con apertura de 1.8. Suelen rondar los 100-120 euros y la relación calidad-precio es difícilmente superada.
Debido a las características del objetivo (focal fija o apertura entre otras), a veces es fácil olvidar ciertos aspectos que debemos tener en cuenta para exprimir al máximo sus prestaciones.
El “zoom” se hace con los pies
Para ampliar o reducir el encuadre debemos acercarnos o alejarnos físicamente de aquellos que queremos fotografiar.
Hacemos especial hincapié en que esto NO es hacer zoom si no cambiar el encuadre, puesto que cuando hacemos zoom estamos cambiando la distancia focal de nuestro objetivo y por tanto, la perspectiva.
Cerrar el diafragma
Aunque cuando adquirimos un objetivo de apertura amplia como f/1.8 lo hacemos precisamente por eso, por tener una apertura de f/1.8, debemos recordar que la profundidad de campo es realmente escasa cuando usamos la máxima apertura y variaciones diminutas pueden hacer que la imagen resulte inservible. Otro caso bastante habitual es que durante el día, la luz ambiente sea excesiva para poder usar estas aperturas y entonces habría que emplear un filtro de densidad neutra.
También hay que tener en cuenta que, habitualmente, la apertura óptima de los objetivos de 50mm f/1.8 suele rondar f/4.
Hay que prestar atención al punto de enfoque
Si estamos haciendo un retrato a aperturas de f/1.8 o f/2, hay que cuidar mucho los puntos de enfoque ya que si fuesen, por ejemplo, una ceja o la nariz, los ojos quedarían desenfocados y en un retrato la nitidez de los ojos es la clave para un buen resultado.
Con frecuencia hasta el enfoque en un pómulo hace que los ojos queden desenfocados.
Mantenlo limpio y guardado adecuadamente
Cuando nos movemos en esta gama de objetivos la reducción de costes de fabricación es esencial para poder llegar a una excelente calidad a un precio bastante económico. Esto se traduce en ciertas diferencias y/o carencias respecto a gamas de objetivos más caros.
Uno de los principales inconvenientes de esto es que las tolerancias son bastante más “relajadas” y que carecen de cualquier tipo de sellos para mantener el polvo fuera lo que con frecuencia resulta en que se introduzca polvo en el interior de las lentes y resulte muy complicado quitar dicha suciedad o incluso imposible sin pasar por el servicio técnico.
Las estelas de las estrellas se forman por la rotación de la Tierra cuando usamos una exposición larga para fotografiar el cielo nocturno. A continuación destacamos 10 consejos para conseguir buenos resultados al hacer fotos de estelas de estrellas.
La distancia focal importa
Al igual que durante el día, cuanto mayor sea la focal empleada, mayor será el movimiento aparente de las cosas. Las estrellas no son una excepción. Usando un gran angular la exposición deberá ser de varios minutos para empezar a apreciar las estelas.
Un calculo rápido que nos permite determinar el tiempo de exposición máximo (en segundos) antes de empezar a tener estelas es dividir 500 por la focal que vamos a usar. Esto viene bien para eliminar el “adivinamiento” de la ecuación y tener una guía para establecer la exposición.
Por ejemplo, usando un objetivo 16-35mm como ejemplo, a 16mm debemos exponer por encima de 31.25 segundos para tener estelas y 14.28 segundos a 35mm. Si nos vamos a un objetivo tele y usamos un 200mm, entonces solo necesitaremos exposiciones de 2.5 segundos para empezar a ver estelas.
La zona del cielo importa
La longitud de las estelas también depende de que zona del cielo estemos fotografiando. Cuanto más nos acerquemos al polo celeste (eje de rotación), menor serán las estelas. La razón detrás de esto es sencilla: todas las estrellas trazan un circulo sobre un punto fijo del cielo cada 24 horas. Cuanto más cerca del polo celeste, menor distancia recorren las estrellas por unidad de tiempo.
Mokuleia Star Trails 3 | Kyle Nishioka
Exponer para el primer plano
El tiempo de exposición es algo que no es fácil determinar cuando estamos capturando estelas. Para determinar una exposición adecuada para el primer plano es aconsejable hacer pruebas a ISOs altas como 6400 para no perder demasiado tiempo en este paso. Una vez encontramos una exposición que nos agrada (esto cambiará según el efecto que busquemos) podremos calcular el tiempo de exposición que necesitamos a ISOs más bajas.
Partiendo de una exposición adecuada para el primer plano de 2 segundos a ISO 6400, teniendo en cuenta que cada paso que bajamos el ISO debemos duplicar el tiempo para mantener la exposición constante, tendremos un tiempo de exposición de 128 segundos a ISO 100 (2s/6400 -> 4s/3200 -> 8s/1600 -> … -> 128s/100).
Varias fotos son mejor que una
El método tradicional de capturar estelas de estrellas es dejar el obturador abierto desde unos minutos a unas horas. Al llegar la fotografía digital, llegaron también algunas limitaciones para este tipo de fotografía, principalmente el ruido producido por el sensor electrónico.
Para compensar esto, es mejor hacer varias exposiciones y fusionarlas posteriormente con algún programa especializado como Image Stacker de Max Lyons. Esto tiene varias ventajas sobre el método tradicional como por ejemplo el poder realizar ajustes sobre la marcha si fuese necesario, por ejemplo, abre el abanico de posibilidades al poder empezar con la puesta de sol y no necesariamente una vez ha anochecido.
Star Trails Over Galivants Ferry, SC | Jason Barnette
La composición lo es todo
Al igual que en fotografía convencional, una buena composición es la clave para una buena foto de estelas de estrellas. Pero el encontrar una buena composición sin luz no es algo fácil. Sobre todo teniendo en cuenta la perdida de luz que tenemos al mirar por el visor; este es uno de los pocos casos en los que el tener una función “Live View” a través de la pantalla de la cámara tiene utilidad en una réflex.
El incluir perfiles boscosos o montañosos suele dar buenos resultados. Si tenemos la suerte de poder incluir un cuerpo de agua como un lago, podremos crear equilibrio entre el cielo y la luz que se refleja en el cuerpo de agua. Los perfiles urbanos, aunque siempre interesantes, no son viables en la fotografía de estelas de estrellas debido a la contaminación lumínica que enmascara las estrellas.
Más complicado aún que la composición pero igual de importante es el enfoque. Lo más importante es que hay que hacerlo manualmente puesto que la cámara no tendrá luz para poder usar el enfoque automático. Para poder enfocar a oscuras hay que practicar con luz para encontrar el punto en el que nuestra cámara y objetivo enfocan a infinito. Esto no siempre coincidirá con lo que marque la escala del objetivo y de ahí que la importancia de practicarlo antes del “gran día”.
Equipamiento
Realmente el único equipo que hace falta para fotografiar estelas de estrellas es un buen trípode. Tiene que ser sólido y cuanto más protegido esté del viento mejor. Podemos lastrarlo con la mochila o algo similar para conseguir que sea más estable y firme aún. Si sopla brisa o viento conviene quitar la correa de la cámara y el trípode para evitar movimientos causados por el ondear de éstas.
Un intervalómetro es una excelente ayuda. Se puede programar para que actúe el disparador automáticamente y permite despreocuparnos de esa tarea.
Es muy importante que todas las baterías estén completamente cargadas.
Star Trails in Garden City Beach, SC | Jason Barnette
Como encontrar el Polo Celeste
Podemos encontrar el polo celeste usando una brújula y conociendo la latitud. Apuntamos la brújula hacia el norte (o el sur si nos encontramos en el hemisferio sur) y el polo estará a la misma altura que la latitud. Suponiendo una latitud de 40º Norte, el polo lo encontraremos a un angulo de 40º sobre el horizonte según miramos al norte. Por supuesto, si sabemos localizar Polaris en el hemisferio norte (Octantis en el sur) también funciona.
Como en otros tantos campos, nos podemos beneficiar de los smartphones y algún programa como Google Sky Map para localizar no solo el polo si no todas las constelaciones del cielo, planetas y Vía Láctea.
Reducción de ruido en la cámara
En el caso de realizar varias exposiciones para después fusionarlas es importante desactivar la función de reducción de ruido de la cámara. Cuando está activada, la cámara realiza dos exposiciones, la normal que es la que nos interesa y acto seguido otra en negro de igual duración sin abrir el obturador. Esto lo hace para tomar la segunda imagen como muestra de ruido para poder calcular la reducción de ruido.
Es decir, si hemos realizado una exposición de 60 segundos, la cámara efectúa otra exposición de 60 segundos para calcular la reducción de ruido.
Si empleamos la técnica tradicional de una única exposición muy larga, no importa si tenemos activada esta función, pero debemos tener en cuenta que si hacemos una exposición de, por ejemplo, dos horas, deberemos esperar en realidad cuatro horas hasta obtener la foto.
Estelas de dormitorio | Geir Friestad
Minimizar los huecos
Para minimizar los huecos en las estelas causados por el espacio entre exposiciónes hay que tardar el menor tiempo posible entre éstas. Aqui es cuando un intervalómetro es útil. No se gana nada dejando pasar más tiempo entre exposiciones y lo único que se consigue es obtener lineas discontinuas en lugar de las estelas continuas que se buscan como se puede apreciar en la imagen anterior.
Max Lyons tiene otro programa llamado Star Tracer para rellenar los huecos que pueden ocurrir en las estelas mientras realizamos una exposición y la siguiente. También permite alargar considerablemente las estelas existentes simulando mayor tiempo de exposición.
Consejos de post-procesado
Cuando se trabaja en post-producción imágenes de estrellas (con o sin estelas) por lo general el paso más importante es la reducción de ruido (y debe ser el primer paso) y después ajustar el contraste y saturación según lo necesite la imagen. Otro paso que es bastante posible que necesitemos es aplicar algún filtro de enfoque.
Puerto de Piedrafita (1683m) desde Cueto Vea (1782m) | Isaac Garcia
Hace ya algún tiempo que me crucé con esta galería de fotos que aprovecha el National Geographic para dar unos consejos sobre fotografía de paisajes (la página está en inglés).
Lo que me pareció algo chocante fue el contraste entre los consejos y las fotografías. Mientras que las imágenes son todas impactantes y de lugares por lo general exóticos, los consejos, aunque perfectamente válidos, son algo breves o simplistas (al menos, en comparación). Tampoco van más allá a la hora de proporcionar una explicación o razonamiento sobre los consejos.
Me gustaría resaltar en especial la foto/consejo que abre la galería; una panorámica en la que se ve un atardecer sobre el Everest que dice así:
Cuando estés haciendo fotos con frio en en condiciones extremas como una nevada o aguanieve, es importante no cambiar de objetivos en exteriores. Nunca hay que dejar que entre humedad o condensación dentro del cuerpo de la cámara.
La foto en cuestión es la que sigue.
Mount Everest at Dusk | Gokyo Ri
Con esta foto de ejemplo, mi mente está más ocupada admirándola y pensando si en algún momento podré llegar a costearme una viaje al Himalaya y una expedición de alpinismo (eso sin contar con toda la preparación previa necesaria), que en el consejo en sí.
Además, en exteriores, a no ser que el equipo llegue a mojarse directamente por lluvia o nieve, bien cuando cambiemos objetivos, bien porque nuestro equipo no esté lo suficientemente sellado, la humedad y condensación no suelen ser un problema. Cuando debemos de tener mucho cuidado es cuando pasemos del exterior al interior.
Cualquiera que use gafas sabrá a lo que me refiero.
Pero con equipo fotográfico es peor todavía, ya que unas gafas unicamente constan de una lente (aunque sean dos, a efectos prácticos es una), fina y al aire y por lo tanto, se adapta rápidamente a la nueva temperatura y condiciones de humedad. En cambio un objetivo esta compuesto por múltiples lentes y están “encerradas” dentro del cuerpo del objetivo. Con las condiciones adecuadas, no solo se empañará el elemento frontal exterior, si no también alguno de los interiores. Y no hay posibilidad de limpiarlos. La única opción es esperar a que se temple y seque por sí solo (teniendo un secador de pelo o dispositivo similar a mano se puede acelerar algo el proceso).
Para evitar esto, conviene guardar la cámara en la bolsa o mochila antes de cambiar de entorno pero dejando la bolsa sin cerrar completamente para que el cambio de temperatura y humedad no sea tan brusco y se produzca la condensación.
En otro ejemplo, nos muestran una toma aérea de un monte en china con un aterrazado multicolor de plantaciones de arroz y a la que acompaña el siguiente consejo:
Cuando realices fotografía aérea, mantente bajo, en torno a unos 300m sobre el suelo. Altitud equivale a calima (o bruma, neblina o falta de nitidez en general causada por humedad y partículas en el aire) en fotografía aérea.
Un consejo muy a tener en cuenta. Pero realmente creo que las posibilidades de alquilar un avión o helicóptero para hacer fotos no es algo muy habitual para la “gente normal” cuando se va de turismo.
Y aunque sí que lo fuese, hay otras cosas que tener en cuenta, como, por ejemplo, no perder la cámara en el intento, o que velocidad de obturación es aconsejable para evitar las vibraciones del avión (o el propio avance del avión) o cuales son los ángulos óptimos para hacer fotos (tanto respecto al suelo como al sol).
Después de haber hecho la foto que tenias en mente, camina o conduce más cerca del motivo y prueba otra vez. La proximidad hará que percibas el motivo de forma distinta.
Este consejo también es bueno y también es verdad, pero no siempre está en nuestra mano el llevarlo a cabo. De hecho, es igual de válido si lo invertimos. Alejarnos del motivo puede ser igual de provechoso.
Calzada de los gigantes, Irlanda del Norte | Isaac Garcia
Cuando el motivo es de tamaño indeterminado (una montaña, un cuerpo de agua, etc.) usa algún elemento que proporcione escala al ser de tamaño conocido como una persona, coche árbol o animal. Esto ayuda al observador a entender lo que está viendo.
Con este consejo hay que tener en cuenta que para que tenga el efecto deseado, los elementos que sirven como referencia para proporcionar la escala no pueden estar en demasiado primer plano respecto al “elemento de tamaño indeterminado” puesto que de ser así no se puede realizar bien el cálculo de la escala.
Pongamos como ejemplo la imagen anterior tomada en zona de la Calzada de los Gigantes. Los acantilados que se observan tienen una altura media de 100m. Se pueden ver personas en distintos planos y es esto lo que nos da un sentido de escala para poder juzgar el tamaño de los acantilados. Si únicamente se viesen personas en primer plano o en un plano que impide ver de continuo el elemento indeterminado, se perdería la escala.
Algo parecido pasa con la foto que utilizan para ilustrar el ejemplo. Se trata de dos personas en los Acantilados de Moher asomados en la plataforma de roca. Esta plataforma está aproximadamente a unos 180m del nivel del mar. La pared que se ve en el segundo plano mide unos 200m en vertical. Pero la escala realmente se pierde porque las personas están demasiado cerca del punto de vista del observador y, además, no hay continuidad en el acantilado por lo que tampoco se puede apreciar la tremenda altura del acantilado. Habiendo visitado los acantilados en persona puedo asegurar que esa foto no les hace justicia alguna.
La lluvia puede estropear o averiar la cámara, pero también puede proporcionar ocasiones únicas. Lleva un buen paraguas, una caja con bolsas de plástico o una lona pequeña (las hay especificas para fotografía) y una toalla con la que secar el equipo.
En este caso nada que añadir excepto a lo mejor alguna de las fundas que hemos mencionado previamente en Foto Gaceta y que la bolsa o mochila debería igualmente tener algún tipo de protección impermeable.
Las mejores imágenes de edificios tienen equilibrio entre tres fuentes de luz distintas: la luz del cielo, las luces de las calles y las luces de dentro de los edificios.
Esto suena muy bonito pero en realidad es bastante más complejo de lo que aparentan estas palabras. Encontrar ese equilibrio de balances de blancos entre nada menos que tres fuentes de luz con correspondientes temperaturas de luz tan distintas no es para nada trivial ni fácil. En muchos casos tendremos que “conformarnos” con un compromiso para que ninguna de las tres fuentes quede demasiado desequilibrada y nos quede algún color “raro”. La otra opción suele ser una edición minuciosa para intentar obtener resultados óptimos para cada uno de los tipos de luz sin afectar a los otros dos.
Fotografía a los animales donde viven. Un encuadre favorito del fotógrafo Michael Melford es una foto del entorno que muestra al animal rodeado de su hábitat en lugar de un encuadre más ajustado hecho con un teleobjetivo.
Hay que mencionar que esto es relativo a lo que nos podamos acercar al animal. Si nos podemos acercar, entonces usaremos focales más cortas; pero si es un animal más tímido o esquivo, podremos usar un focal más larga y aún así podremos mostrar su entorno natural. A lo que se refiere este consejo es esto o esto frente a este otro ejemplo. Caso a parte es si nos centramos en primeros planos o detalles del animal.
Luna llena
Las fotografías nocturnas casi siempre necesitan exposiciones largas. Esto quier decir que hay que usar un trípode para mantener la cámara perfectamente estática mientras esté el obturador abierto, aunque a veces se puede encontrar una superficie sólida donde colocar la cámara y accionar el obturador usando el temporizador de la cámara.
Si es algo planeado, personalmente no me arriesgaría a depender de la suerte para encontrar un soporte natural adecuado para la cámara; siempre llevaría el trípode. Si por el contrario es lago que surge de forma más espontánea, pues hay que apañarse con lo que se tenga a mano. Personalmente, también recomiendo, mejor que tener que pulsar el botón del temporizador, lo que puede causar que descoloquemos el encuadre, usar un mando a distancia como este de Apurture (además de ser un disparador a distancia tiene función de intervalómetro y nos servirá si queremos hacer time-lapse).
Una cosa que no mencionan en el consejo es la complejidad de realizar un buen enfoque cuando no hay apenas luz para hacerlo manualmente (del enfoque automático en este caso directamente nos olvidamos). Hay que colocar el modo de enfoque en manual y colocar objetivo en infinito. Aún así, conviene practicar previamente para conocer cual es el punto óptimo de enfoque ya que, a pesar de las prestaciones que ofrecen, la escala de enfoque de los objetivos en fotografía no es un elemento calibrado con precisión.
Observa el paisaje a través de distintos objetivos, desde gran angular a tele, y reflexiona sobre como lo afecta y representa cada uno.
Cada distancia focal representa el mundo de una forma distinta y no siempre es algo que tenemos en cuenta. Igualmente, cada objetivo tiene unas características propias que influyen en la imagen captada. Es aconsejable practicar mucho con cada uno de los objetivos que tenemos para conocer tanto características como sus puntos fuertes y débiles y poder sacarles el máximo rendimiento.
Dehesa de Navalvillar | Isaac Garcia
Añade capas a la composición; esto es múltiples elementos más allá del motivo principal, como elementos en primer plano o de fondo.
El propósito de añadir capas es transmitir una sensación de profundidad o distancia y alejamiento pero existiendo una conexión entre el motivo principal o punto de vista (es decir, el observador) y aquello que está en la lejanía.
Tómate tu tiempo y explora. Parte del placer de fotografiar paisajes es el estar en la naturaleza. Deambula un poco por el lugar para tomarle las medidas. Lleva tiempo y paciencia descubrir la mejor manera de mostrar lo que lo hace único.
Levántate antes del amanecer o quédate después de la puesta de sol, los momentos cuando hay la mejor luz. Utiliza las horas del medio día y su luz dura para explorar.
En situaciones de temperaturas de color mixtas, o con motivos de un color predominante, intenta establecer el balance de blancos manualmente.
En este caso remitimos al anterior consejo de los edificios y de la necesidad de encontrar un equilibrio o compromiso.
Marrakech Traveler | John Barnhardt
Si hay columnas de luz atravesando las nubes, ten cuidado de no centrar la medición de la luz sobre ellas porque engañarán al fotómetro.
Esto dependerá en buena medida del efecto que busquemos para nuestra foto. Si queremos mostrar una imagen íntima como la anterior, entonces debemos elegir una exposición más lenta para que las partes en sombra muestren algún detalle. Las zonas iluminadas seguramente queden sobre expuestas; esto no debe preocuparnos demasiado.
Si por el contrario queremos centrarnos en la columna de luz en sí o en lo que ilumina, haremos lo contrario; una exposición más corta para obtener la correcta para la columna de luz o la zona iluminada dejando el resto subexpuesto. Como siempre, lo mejor es practicar para poder juzgar rápidamente (si son nubes las causantes de las columnas, no suele durar mucho tiempo) cual de las dos opciones elegimos y que cantidad de sobre o subexposición empleamos.
Si no tienes una carcasa hermética, usa una funda de plástico que se pueda cerrar para mantener el equipo seco. Nunca uses gel de sílice.
Una vez más remitimos a lo mencionado anteriormente sobre las fundas y carcasas.
Si vas a quedarte en un lugar varios días, comprueba la previsión meteorológica para esos días y ajusta tu agenda según la metereología que mas favorezca a cada lugar.
Aunque no tengamos control sobre la metereología, si podemos planificar y optimizar nuestra estrategia con adelanto si la conocemos. Si la previsión dice que habrá tormentas, podemos aprovechar para hacer fotos a las nubes o relámpagos. O a lo mejor puede que tengamos que ajustar los horarios si está nublado, etc.
Viñuelas | Isaac Garcia
Busca líneas guía. Los paisajes están llenos de ellas: carreteras, vías ferroviarias, cercados y vallados, montañas, ramas de árboles. Usa estas líneas para guiar la vista hacia la foto. Las líneas guía son más efectivas cuando son diagonales.
Poco que añadir; uno de los conceptos base de la composición aplicado a los paisajes.
En Foto Gaceta seguimos el blog Media Novak no tanto por la calidad sus artículos, que la verdad sea dicha, se podría decir que va y viene según sople ese día el viento (y escritos para generar tráfico), si no por la calidad de las imágenes que ilustran dichos artículos, por las colecciones que publican y por inspiración.
Uno de esos artículos un tanto “peculiares” se llama “5 Ways to Avoid the Worst Digital Photography Mistakes” y da nombre a este artículo también, “5 maneras de evitar los peores errores en fotografía digital”.
El título hay que reconocer que funciona pues me ha llamado la atención y ha conseguido que me entrase curiosidad por saber cuales serían esos cinco “pecados” de la fotografía digital. Pues bien, ahí es donde se acaba lo interesante del artículo.
Para empezar, son cinco puntos tan generales, vagos y cortos que realmente no aportan gran cosa a parte de, como ya hemos dicho, una información muy superficial y básica.
Después, y realmente lo que ha inspirado este artículo en particular, es que ni son los peores errores que se pueden cometer ni, sobre todo, realmente son errores de fotografía digital. Son errores de fotografía. Punto.
Desde Foto Gaceta defendemos la idea que colocar el adjetivo “digital” delante de “fotografía” es completamente irrelevante, sobre todo a estas alturas del partido. Y más cuando ninguno de los cinco puntos expuestos en el artículo se acercan lo más mínimo a algunas de las posibles peculiaridades que si son especificas de la fotografía digital respecto a la química.
A continuación enumeramos los “cinco peores errores de la fotografía digital”:
Ojos rojos
El sujeto/motivo está demasiado lejos
Fotos borrosas
Fotos subexpuestas
Fotos sobreexpuestas
Un parrafo es todo lo que necesitan para “explicar” el problema y las soluciones a cada uno de los cinco puntos del artículo.
Y para terminar (e hilando fino), un comentario acerca de los pies de fotos, que rezan “así es como deberían ser tus fotos” en cada una de las cuatro fotos usadas en el artículo. Lo cual no sería digno de renombre, de no ser porque una de las fotos esta latamente manipulada hasta el punto de parecer más una pintura que una foto.
Comparando con los tiempos la película, la fotografía digital es “barata”, y ha supuesto una expansión de la fotografía difícilmente imaginable. Aún así, y a pesar de haberse eliminado muchos gastos asociados, no nos engañemos, el desembolso inicial es importante (sobre todo a ciertos niveles) y si luego queremos ir progresando nos supone también otros desembolsos igual de grandes o incluso mayores.
Por esto (y porque el dinero no suele ser algo que sobre), es importante el pensar como invertirlo para obtener el mejor resultado a largo plazo, es decir, el retorno de inversión.
A grandes rasgos, hay dos posibilidades a la hora de gastarnos el dinero en fotografía (de óptica intercambiable): los cuerpos y los objetivos.
Una de de las dudas más frecuentes en cualquier conversación (dentro y fuera de internet) relacionada con la fotografía es acerca de que cuerpo comprar para sustituir a uno que ya se tiene. Esto es, habitualmente, un error de planteamiento de cierto calibre y a continuación explicaremos porqué esta pregunta debería plantearse de una manera bastante distinta.
Al contrario que con los cuerpos de película, los cuerpos digitales son como los coches: se devalúan según se adquieren. Y “envejecen” incluso peor que los coches ya que su devaluación con el tiempo es constante al salir al mercado modelos nuevos cada pocos meses.
El precio de un cuerpo de gama media viene a ser similar al de un buen objetivo, pero la vida media de un cuerpo suele ser mucho más corta que la de un objetivo al quedarse “anticuados” casi al mismo ritmo que lo hace un ordenador (y eso es mucho).
Teniendo en cuenta que incluso los cuerpos de las gamas bajas ofrecen unas prestaciones francamente impresionantes, la “necesidad” de cambiar de cuerpo a uno más nuevo y mejor es casi siempre una necesidad creada por un buen marketing.
Estos argumentos normalmente se intentan rebatir o justificar diciendo que cuerpo no hace falta más que uno mientras que objetivos se necesitan varios. Esto es verdad. Pero a medias. Los buenos objetivos pueden durar toda una vida si se tratan adecuadamente y básicamente sin necesidad de mantenimiento (reparaciones). Un cuerpo llegará un momento en que las reparaciones (y las va a necesitar, como por ejemplo de obturador) sean más costosas que un cuerpo nuevo (una vez más, de manera muy similar a los coches). Es más, incluso si no se tratan con demasiado cuidado, los objetivos buenos van a aguantar mucho mejor que los de gama media o baja.
Otro factor a tener en cuenta es que cambiar de un cuerpo a otro (siempre y cuando no hablemos de los extremos de las gamas altas y bajas) no va a suponer, por lo general, un cambio en la calidad de imagen comparable al que se nota cuando pasamos de un objetivo “normal” a uno “bueno” o a uno de gamas altas. De igual forma, un cuerpo de cualquier gama va a rendir mucho mejor con objetivos de calidad que con objetivos mediocres.
Pero la gran diferencia entre cuerpos y objetivos es que, mientras que al cambiar de cuerpo, el viejo suele dejarse cogiendo polvo para no volver a usarse más, los objetivos los seguiremos usando en el nuevo cuerpo (siempre y cuando no se cambie de marca o estén ligados a algún factor específico como el tamaño del sensor).
Por lo tanto, y aunque el desembolse total sea considerablemente mayor, es mucho más rentable invertir en buenos objetivos que nos van a durar muchos años antes que gastarse el dinero en cambiar cuerpos cada dos o tres años.
La distorsión de cojín ocurre cuando la magnificación de la imagen aumenta con la distancia a los ejes ópticos. El efecto visible de esta distorsión es que las lineas tanto verticales como horizontales que no pasan por el centro de la imagen se curvan hacía dentro. Es el efecto contrario a la distorsión de barril, tanto en apariencia como en que suele ocurrir con distancias focales largas.
En este gráfico, que ilustra de forma exagerada (al menos para la fotografía en general), podemos apreciar de forma clara los efectos de deformación que sufre una imagen con distorsión de cojín. Hay que aclarar que este tipo de distorsión es, excepto en muy raras ocasiones, bastante más leve que la distorsión de barril y en la mayoría de los casos, incluso despreciable. Y por tanto, así como el la distorsión de barril puede usarse de forma creativa, la de cojín realmente no nos da esa opción.
Aunque como ya decimos que en la mayoría de los casos la distorsión de cojín es leve y no suele deformar en exceso la imagen, para corregir esta distorsión podemos usar muchos programas de retoque, ya que casi todos incluyen la función de corrección. Existen incluso programas o plugins especializados para esto, tanto de pago como gratuitos. Algunos de estos programas nos permiten crear perfiles de calibración con los que una vez tengamos los parámetros de corrección para nuestra cámara podremos guardarlos y reutilizarlos para poder corregir las fotos más rápidamente y sin tener que reajustar los parámetros para cada foto que corrijamos.
Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com
En fotografía el término diafragma se refiere al mecanismo del objetivo mediante el cual se regula la cantidad de luz que entra al elemento fotosensible.
En los primeros sistemas fotográficos se trataba de un simple agujero que se destapaba para permitir el paso de la luz. Posteriormente se elaboró un sistema de láminas en forma de iris (habitualmente denominadas hojas) que permite variar el tamaño del agujero o apertura para tener mayor flexibilidad y versatilidad a la hora de hacer fotografías.
La capacidad que tiene un objetivo para dejar pasar la luz se denomina luminosidad. La manera más habitual de indicar esta luminosidad es mediante el número f (f/) que se define como la división de la distancia focal del objetivo por el diámetro de la apertura efectiva. Esta relación da lugar a una escala normalizada en progresión de [latex]sqrt{2}[/latex]: 1 – 1,4 – 2 – 2,8 – 4 – 5,6 – 8 – 11 – 16 – 22 – 32 – 45 etc. El salto de un valor al siguiente se llama paso. Habitualmente los objetivos ofrecen incrementos de un tercio o medio paso entre cada paso. Por ejemplo, es muy habitual que entre f/2.8 y f/4 tengamos también f/3.2 y f/3.5.
Uno de los efectos directos que tiene el número de hojas del diafragma esta en la calidad del desenfoque que ofrece. Normalmente, se suele considerar que un desenfoque es bueno cuanto más suave y difuminado. Cuanto mayor número de hojas, mejor suele ser el desenfoque que produce el objetivo (esto suele ser uno de las cualidades de un objetivo que determinan su calidad). Esto se debe a que cuantas más hojas, más se acerca la forma del diafragma a la redondez de un circulo en lugar de ser un pentágono, hexágono u otro polígono regular.
Desenfoque hexagonal | [xinita.org]
En este ejemplo podemos ver claramente como los puntos brillantes desenfocados forman hexágonos debido a las séis hojas del diafragma.
Desenfoque redondo | Isaac Garcia
Aquí podemos apreciar un desenfoque mucho más circular a pesar de ser un objetivo con cinco hojas (Canon EF 50mm f/1.8 II).
En el caso de los objetivos catadioptricos el desenfoque toma forma de anillo debido al diseño de este tipo de objetivos.
“En óptica, apertura es un agujero o perforación a través de la cual pasa la luz.”
– Wikipedia
En fotografía, desde épocas muy tempranas, la apertura se controla mediante el diafragma, “el cual es una estructura interpuesta en la trayectoria de la luz para regular la cantidad de ésta admitida en el sistema.” En otras palabras, el diafragma proporciona un mecanismo de apertura variable para poder controlar el tamaño del agujero a través del cual pasa la luz hasta el elemento fotosensible, bien sea un sensor electrónico, un trozo de película o cualquier otro.
A mayor apertura, menor tiempo de exposición para una sensibilidad ISO determinada y vice versa.
Algunos sistemas como los objetivos catadióptricos (basados en los telescopios refractarios) o las cámaras estenopeicas (una de las formas más básicas de fotografía), la apertura es fija. en una cámara estenopeica la apertura es, literalmente, una perforación realizada con un alfiler o aguja (de ahí su nombre en inglés, pinhole photography). En estos sistemas de apertura fija la única manera de controlar la exposición es mediante exposiciones más largas o cortas.
A parte de el efecto directo que supone la apertura sobre la imagen al determinar la cantidad de luz que permite pasar, la apertura tiene otros efectos indirectos derivados de ser el elemento que “determina el ángulo del cono de un haz de rayos que se enfoca en el plano de imagen”.
Principalmente, esto nos importa porque la apertura interviene en la profundidad de campo. A mayor apertura, menor profundidad de campo y nitidez puesto que las aperturas grandes permiten una mayor dispersión del haz de rayos incidentes en el elemento fotosensible. Inversamente, a menor apertura, mayor profundidad de campo y nitidez al conseguir una mayor concentración de la luz.
Como acabamos de explicar, el tamaño de la apertura afecta a la profundidad de campo y a la nitidez, pero no hay que mezclar estos dos elementos.
Aunque la profundidad de campo es el margen de distancia dentro del cual los objetos se verán aceptablemente nítidos a pesar de no estar a la distancia exacta del plano de enfoque, ésta va aumentando de manera constante según cerramos la apertura, mientras que la nitidez propiamente dicha se ve afectada por el aumento de la difracción causada al cerrar la apertura (aunque entran en juego otros factores como el tamaño del circulo de confusión o el del elemento fotosensible).
Simplificando, cuanto mayor es la apertura, menor es la nitidez, aumentando según se cierra la apertura hasta llegar a la apertura óptima y por tanto nitidez óptima de un determinado objetivo (no es un valor universal), y vuelve a disminuir cuando pasamos de la apertura óptima y seguimos cerrando la apertura.
Se llama paralaje a la “desviación angular de la posición aparente de un objeto, dependiendo del punto de vista elegido” y proviene del griego παράλλαξις (parallaxis). Esta desviación aparente será mayor cuanto más cerca este el objeto del punto de vista.
Para comprobar el efecto de paralaje podemos realizar el siguiente experimento. Levantamos un dedo de la mano a la distancia de la longitud de nuestro brazo y nos fijamos en un punto que esté detrás (en la pared, en una mesa, etc…). A continuación, cerramos un ojo y nos fijamos en ese punto. Después, abrimos el ojo que tenemos cerrado y cerramos el que estaba abierto. Podremos observar claramente que el punto se ha “desplazado” en ambos casos. Si ahora repetimos el experimento, pero acercamos el dedo que nos servía de referencia a unos 20 cm de nuestra cara, veremos que ese “desplazamiento” es bastante más pronunciado.
Un filtro graduado de densidad neutra es un componente del equipo del fotógrafo de gran utilidad para capturar escenas en las que existe una diferencia de luminosidad muy grande entre la mitad superior e inferior, y es especialmente utilizado en cine y televisión. Por lo general se acoplan en la parte frontal del objetivo como es habitual en el uso de filtros. Lo más común es que el filtro tenga una mitad oscura (variando los grados de oscuridad con equivalencia a pasos de obturación) y la otra clara con un degradado entre ambas mitades y de ahí recibe su nombre. Hay otros modelos en los que el el degradado no está en la mitad del filtro, ofreciendo dos tercios de zona oscura.
El problema surge cuando la cámara que nos acabamos de comprar no permite acoplar filtros en el objetivo (casi todas las compactas que hay en el mercado) lo que nos fuerza a realizar la foto sin filtro y luego pasar por algún programa de retoque como es Photoshop.