
Se llama paralaje a la “desviación angular de la posición aparente de un objeto, dependiendo del punto de vista elegido” y proviene del griego παράλλαξις (parallaxis). Esta desviación aparente será mayor cuanto más cerca este el objeto del punto de vista.
Para comprobar el efecto de paralaje podemos realizar el siguiente experimento. Levantamos un dedo de la mano a la distancia de la longitud de nuestro brazo y nos fijamos en un punto que esté detrás (en la pared, en una mesa, etc…). A continuación, cerramos un ojo y nos fijamos en ese punto. Después, abrimos el ojo que tenemos cerrado y cerramos el que estaba abierto. Podremos observar claramente que el punto se ha “desplazado” en ambos casos. Si ahora repetimos el experimento, pero acercamos el dedo que nos servía de referencia a unos 20 cm de nuestra cara, veremos que ese “desplazamiento” es bastante más pronunciado.