Consejos para usar un 50mm

50mm f/1.8 | Jeff Golden
50mm f/1.8 | Jeff Golden

Una de las piezas más versátiles y valoradas en el arsenal de todo fotógrafo es un objetivo de 50mm de apertura amplia. Especialmente valorados son los modelos “básicos” con apertura de 1.8. Suelen rondar los 100-120 euros y la relación calidad-precio es difícilmente superada.

Debido a las características del objetivo (focal fija o apertura entre otras), a veces es fácil olvidar ciertos aspectos que debemos tener en cuenta para exprimir al máximo sus prestaciones.

El “zoom” se hace con los pies

Para ampliar o reducir el encuadre debemos acercarnos o alejarnos físicamente de aquellos que queremos fotografiar.

Hacemos especial hincapié en que esto NO es hacer zoom si no cambiar el encuadre, puesto que cuando hacemos zoom estamos cambiando la distancia focal de nuestro objetivo y por tanto, la perspectiva.

Cerrar el diafragma

Aunque cuando adquirimos un objetivo de apertura amplia como f/1.8 lo hacemos precisamente por eso, por tener una apertura de f/1.8, debemos recordar que la profundidad de campo es realmente escasa cuando usamos la máxima apertura y variaciones diminutas pueden hacer que la imagen resulte inservible. Otro caso bastante habitual es que durante el día, la luz ambiente sea excesiva para poder usar estas aperturas y entonces habría que emplear un filtro de densidad neutra.

También hay que tener en cuenta que, habitualmente, la apertura óptima de los objetivos de 50mm f/1.8 suele rondar f/4.

Hay que prestar atención al punto de enfoque

Si estamos haciendo un retrato a aperturas de f/1.8 o f/2, hay que cuidar mucho los puntos de enfoque ya que si fuesen, por ejemplo, una ceja o la nariz, los ojos quedarían desenfocados y en un retrato la nitidez de los ojos es la clave para un buen resultado.

Con frecuencia hasta el enfoque en un pómulo hace que los ojos queden desenfocados.

Mantenlo limpio y guardado adecuadamente

Cuando nos movemos en esta gama de objetivos la reducción de costes de fabricación es esencial para poder llegar a una excelente calidad a un precio bastante económico. Esto se traduce en ciertas diferencias y/o carencias respecto a gamas de objetivos más caros.

Uno de los principales inconvenientes de esto es que las tolerancias son bastante más “relajadas” y que carecen de cualquier tipo de sellos para mantener el polvo fuera lo que con frecuencia resulta en que se introduzca polvo en el interior de las lentes y resulte muy complicado quitar dicha suciedad o incluso imposible sin pasar por el servicio técnico.

Foto | Jeff Golden

La relatividad de las cosas: invertir en objetivos frente a cuerpos

¿Objetivos o cuerpos?
¿Objetivos o cuerpos? | Cheddarcheez

Comparando con los tiempos la película, la fotografía digital es “barata”, y ha supuesto una expansión de la fotografía difícilmente imaginable. Aún así, y a pesar de haberse eliminado muchos gastos asociados, no nos engañemos, el desembolso inicial es importante (sobre todo a ciertos niveles) y si luego queremos ir progresando nos supone también otros desembolsos igual de grandes o incluso mayores.

Por esto (y porque el dinero no suele ser algo que sobre), es importante el pensar como invertirlo para obtener el mejor resultado a largo plazo, es decir, el retorno de inversión.

A grandes rasgos, hay dos posibilidades a la hora de gastarnos el dinero en fotografía (de óptica intercambiable): los cuerpos y los objetivos.

Una de de las dudas más frecuentes en cualquier conversación (dentro y fuera de internet) relacionada con la fotografía es acerca de que cuerpo comprar para sustituir a uno que ya se tiene. Esto es, habitualmente, un error de planteamiento de cierto calibre y a continuación explicaremos porqué esta pregunta debería plantearse de una manera bastante distinta.

  • Al contrario que con los cuerpos de película, los cuerpos digitales son como los coches: se devalúan según se adquieren. Y “envejecen” incluso peor que los coches ya que su devaluación con el tiempo es constante al salir al mercado modelos nuevos cada pocos meses.
  • El precio de un cuerpo de gama media viene a ser similar al de un buen objetivo, pero la vida media de un cuerpo suele ser mucho más corta que la de un objetivo al quedarse “anticuados” casi al mismo ritmo que lo hace un ordenador (y eso es mucho).
  • Teniendo en cuenta que incluso los cuerpos de las gamas bajas ofrecen unas prestaciones francamente impresionantes, la “necesidad” de cambiar de cuerpo a uno más nuevo y mejor es casi siempre una necesidad creada por un buen marketing.

Estos argumentos normalmente se intentan rebatir o justificar diciendo que cuerpo no hace falta más que uno mientras que objetivos se necesitan varios. Esto es verdad. Pero a medias. Los buenos objetivos pueden durar toda una vida si se tratan adecuadamente y básicamente sin necesidad de mantenimiento (reparaciones). Un cuerpo llegará un momento en que las reparaciones (y las va a necesitar, como por ejemplo de obturador) sean más costosas que un cuerpo nuevo (una vez más, de manera muy similar a los coches). Es más, incluso si no se tratan con demasiado cuidado, los objetivos buenos van a aguantar mucho mejor que los de gama media o baja.

Otro factor a tener en cuenta es que cambiar de un cuerpo a otro (siempre y cuando no hablemos de los extremos de las gamas altas y bajas) no va a suponer, por lo general, un cambio en la calidad de imagen comparable al que se nota cuando pasamos  de un objetivo “normal” a uno “bueno” o a uno de gamas altas. De igual forma, un cuerpo de cualquier gama va a rendir mucho mejor con objetivos de calidad que con objetivos mediocres.

Pero la gran diferencia entre cuerpos y objetivos es que, mientras que al cambiar de cuerpo, el viejo suele dejarse cogiendo polvo para no volver a usarse más, los objetivos los seguiremos usando en el nuevo cuerpo (siempre y cuando no se cambie de marca o estén ligados a algún factor específico como el tamaño del sensor).

Por lo tanto, y aunque el desembolse total sea considerablemente mayor, es mucho más rentable invertir en buenos objetivos que nos van a durar muchos años antes que gastarse el dinero en cambiar cuerpos cada dos o tres años.

Foto | Cheddarcheez

Objetivo cumplido: Canon fabrica su objetivo EF número 50.000.000

Canon EF 70-200 f4L IS USM | Greg Cee
Canon EF 70-200 f4L IS USM | Greg Cee
Canon EF 70-200 f4L IS USM | Greg Cee

Hace unos días Canon anunciaba la producción del objetivo número 50.000.000 de su montura EF (Electro-Focus).

Lanzado en marzo de 1987, el sistema EOS EF introducía el enfoque automático en las SLR de Canon, que hasta el momento usaban la montura FD, que “tan solo” ofrecía automatismos en el diafragma.

El enfoque se realiza mediante un motor eléctrico incorporado en los objetivos; mecánicamente, se trata de una montura de tipo bayoneta y todas las comunicaciones necesarias ente la cámara y el objetivo se realizan mediante contactos eléctricos. Por tanto, no se necesitan engranajes ni otros mecanismos para realizar el enfoque como pasa en otros sistemas en los que el motor se encuentra en la cámara (y se reduce por tanto, el desgaste del motor).

Entre su lanzamiento en marzo de 1987 y agosto de 1995 se produjeron 10.000.000 de objetivos, en febrero de 2001 los 20.000.000, en enero de 2006 los 30.000.000 y en abril de 2008 se alcanzaron los 40.000.000 de objetivos fabricados. Tan solo un año y ocho meses después entró en la cadena de producción el número 50.000.000.

En contra punto, Nikon anunció el pasado septiembre de 2009 su objetivo número 50.000.000 de su montura F, lanzada en 1959.

El objetivo “agraciado” con este honor ha sido un EF 100mm f/2.8L Macro IS USM.

Originalmente escrito para compartetusrecuerdos.com

Via DPReview

Foto | Greg Cee